Los cuatro aspectos del espíritu

The Four Aspects of the Spirit, 1974 ~ José Benítez Sánchez


Las cuatro partes del espíritu se reúnen y son sostenidas encima del cuerpo, por medio de cuatro flechas clavadas en los puntos cardinales. Estas flechas sagradas enraízan y alimentan la vida del alma, de las visiones y del corazón de nuestro espíritu que de ellas dependen. 

El muwieri, o la flecha a la derecha inferior corresponde a Tatéi Haramara, Nuestra Madre el Océano, por lo que su color es verde. Arriba a la derecha, se encuentra el muwieri de Wirikuta, la tierra del sagrado hikuri o peyote. Arriba a la izquierda, vemos el muwieri del Río Hatuxame que sale de Hauxa Manaká en Durango y atraviesa el territorio wixárika. Debajo está el muwieri de Xapawiyemeta, manantial de las Aguas del Sur.

Los cuatro símbolos circulares también representan los cuatro aspectos de nuestro ser espiritual: Takipiri, nuestro ojo espiritual (centro superior), nos permite ver lo sobrenatural en sueños y visiones; Tatukari (derecha), nuestra vida, es la energía y la fuerza que tenemos para vivir; Tanierika (centro inferior), representa nuestra percepción espiritual y es como un espejo que refleja nuestros antepasados y nuestra visión que penetra la materia, es activa en nuestros sueños y nuestras visiones; Ta‘iyari (izquierda), es nuestro corazón que, a parte de ser un órgano, es el guía de nuestros pensamientos y contiene la memoria de nuestras costumbres ancestrales.

Las flechas verdes se juntan en el eje central para formar una barrera simbólica de agua y materia, y son atravesadas por las flechas rojas que representan el camino de Nuestro Abuelo Fuego y Nuestro Padre Sol. Los símbolos circulares a la derecha representan a Tatukari y están conectados al alba. Takipiri, el símbolo arriba, es el día, y más abajo, Tanierika está conectado a la noche y al inframundo (visión trascendental). Ta’iyari, el símbolo circular a la izquierda, está conectado al anochecer y al pasado. Al centro del eje de flechas, se encuentra el nivel mutidimensional donde se conectan los cuatro puntos. 

Los pensamientos que tenemos en el cuerpo, mientras andamos por nuestro camino y practicamos nuestra devoción a nuestra manera, descansan en la noche. Mientras descansan nuestros huesos y nuestra carne, nuestro espíritu sale a viajar fuera del cuerpo. Cuando nos morimos o nos desmayamos, estos aspectos invisibles de nuestro ser se separan de nuestro cuerpo y nuestra exhalación, ‘iyaya, suelta nuestro ‘iyari, que es receptáculo de nuestros pensamientos.
 

Explicación y traducción por Juan Negrín según la grabación con José Benítez Sánchez.
Fotografía y texto ©Juan Negrín 1974 - 2024, Derechos digital e empresa reservados. 

Año de creación
1974
Material del objeto
Materiales y técnica
Estambre de lana, cera de campeche y madera
Dimensiones
Anchura
0.60m.
Altura
0.60m.